¿Las tarifas de la energía canadiense afectarán las facturas de servicios públicos de CT?
Apr 02, 2025
Traducción por Jorge Alatrista, Identidad Latina Multimedia.
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A principios de febrero, el presidente Donald Trump anunció planes para imponer nuevos aranceles a las importaciones procedentes de Canadá, incluyendo un recargo del 10% sobre los “recursos ener
géticos”, aunque su administración no dio detalles inmediatos sobre su significado exacto.
Como resultado, ha surgido confusión sobre si esto se aplicaría o no a la electricidad que fluye a través de la frontera entre Estados Unidos y Canadá por líneas de transmisión, una fuente vital de energía, especialmente en Nueva Inglaterra. Para complicar aún más la situación, muchos de los aranceles del presidente se suspendieron posteriormente, lo que dio a los funcionarios de ambos lados de la frontera más tiempo para negociar.
Mientras tanto, Trump ha seguido amenazando con imponer aranceles aún mayores a Canadá si el país intenta tomar represalias causando un “daño económico” a Estados Unidos.
Hasta esta semana, el operador regional de la red eléctrica de Connecticut, “ISO New England”, no ha recibido ningún cargo por aranceles de importación, según una portavoz. Sin embargo, la amenaza de los aranceles energéticas complica los esfuerzos de los líderes de Connecticut para abordar los costos de electricidad, que son frustrantes por lo altos, en parte debido al suministro limitado de las centrales eléctricas locales.
Durante un foro organizado por el Connecticut Mirror la semana pasada, el Gobernador Ned Lamont afirmó que una tarifa del 20% —superior a la propuesta de Trump— sobre la electricidad canadiense costaría a los clientes de servicios públicos en Connecticut alrededor de $100 millones.
“Estamos retrocediendo”, declaró Lamont, criticando a continuación la estrategia de la administración Trump hacia el vecino del norte de Estados Unidos. “No entiendo por qué ama a nuestros enemigos y odia a nuestros amigos”.
¿Connecticut importa electricidad de Canadá?
Sí. Connecticut forma parte de una organización regional de transmisión conocida como “ISO New England”, que opera como una especie de mercado de valores donde las empresas de servicios públicos y los generadores locales compiten para comprar y vender energía.
Algunos de los principales vendedores en ese mercado son generadores con sede en Canadá, cuya electricidad fluye a la red regional, donde se distribuye a los seis estados de Nueva Inglaterra. En 2024, Nueva Inglaterra importó 13,897 gigavatios hora de electricidad, más de la mitad de los cuales provinieron directamente de Canadá. Gran parte de esa energía proviene de “Hydro-Quebec”, una empresa pública que opera una vasta red de presas hidroeléctricas que la convierten en uno de los mayores productores mundiales de electricidad libre de carbono.
La cantidad de electricidad que la región obtiene de Canadá en un momento dado puede depender de la demanda, el suministro de electricidad generada por las centrales eléctricas locales y otros factores. Por ejemplo, una sequía prolongada el verano pasado limitó la producción de energía de las presas de Quebec, lo que provocó un desplome de las exportaciones a Nueva Inglaterra. (Durante parte del año, EE. UU. fue, de hecho, un exportador neto de electricidad a Canadá, una hazaña poco común).
Debido a su abundante suministro de electricidad limpia, los líderes de Nueva Inglaterra han buscado ampliar los vínculos de transmisión con “Hydro-Quebec”, lo que les permite importar más energía para cumplir con los objetivos de descarbonización de cada estado.
El proyecto New England Clean Energy Connect, por ejemplo, consiste en una línea de transmisión propuesta a Lewiston, Maine, que proporcionará 1,200 megavatios adicionales de energía hidroeléctrica —suficiente para abastecer a aproximadamente 1,2 millones de hogares— a los clientes de Nueva Inglaterra.
Si bien el costo del proyecto lo pagan los contribuyentes de Massachusetts, una vez que la electricidad se vierte a la red, puede llegar a los clientes de toda Nueva Inglaterra.
Además, debido a la falta de abundantes fuentes de energía alternativas en la región, como la nuclear y el gas natural, sumada a la creciente demanda de los clientes, el aumento del costo de la electricidad canadiense probablemente repercutiría en todo el mercado, explicó Erik Katovich, profesor de economía ambiental y de recursos en la Universidad de Connecticut.
“Hay pocas opciones alternativas para reemplazarla, y las que existen no son más económicas”, dijo Katovich. “Son más caras, ¿es cierto? Por eso, Nueva Inglaterra no tiene mucho poder de negociación. Tienen que comprarla a Canadá, incluso si el precio sube un 10 o un 25%”.
¿Cómo afectarán los aranceles a las importaciones de electricidad?
En un comunicado publicado a finales de febrero, funcionarios de “ISO New England” afirmaron que solicitaban aclaración al gobierno federal sobre si se aplicarían tarifas energéticas a la electricidad y, de ser así, quién sería exactamente responsable de recaudarlas.
Parte de la preocupación de los funcionarios de “ISO New England” era que, como entidad sin fines de lucro, no tendrían forma de pagar las tarifas si el gobierno federal les cobraba.
“En el peor de los casos, ISO podría verse obligada a declararse en bancarrota y el gobierno federal podría restringir o prohibir las importaciones de electricidad canadiense a Nueva Inglaterra hasta que se paguen los aranceles”, advirtieron funcionarios en otro memorando de febrero.
Para evitar tal escenario, la organización solicitó a la Comisión Federal Reguladora de Energía que estableciera un proceso para evaluar el costo de cualquier arancel a los importadores de electricidad, quienes presumiblemente, a su vez, repercutirían los costos a las empresas de servicios públicos y, eventualmente, a los consumidores.
Mary Cate Colapietro, portavoz de “ISO New England”, afirmó que, hasta el jueves, la organización aún no había recibido información actualizada sobre su solicitud.
Además de las importaciones directas de electricidad, Canadá también exporta gas natural a Nueva Inglaterra a través de gasoductos y barcos que también podrían estar sujetos a aranceles, lo que encarecería el combustible para los generadores de las centrales eléctricas y aumentaría aún más los costos.
Katovich estimó que un arancel del 10% a la electricidad canadiense provocaría un aumento de entre el 1% y el 3% en las facturas de servicios públicos en Nueva Inglaterra, suponiendo que los costos se trasladen íntegramente a los consumidores.
Además de su impacto en las facturas de servicios públicos, Katovich señaló que es probable que las tarifas energéticas también provoquen una inflación más generalizada en toda la región. “Si los precios de la electricidad suben un 10%, todos los bienes que se producen aquí y que utilizan esa electricidad también serán más caros”, dijo.
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